Descubrimiento de la Gran Península del Morro y de Santa Elena
Hoy la Península de Santa Elena, el punto más occidental del Ecuador, conmemora 488 años desde la llegada/descubrimiento por parte de navegantes europeos.
Los primeros peninsulares ibéricos llegaron a esta tierra, que se convertiría en cuna de un tipo diferente de peninsular.
Actualmente existe una tendencia mínima de rechazar el término «Descubrimiento», intentando desplazarlo con el novel «Encuentro de Dos Mundos» (haciendo referencia al hecho, apegado a la verdad, que esta zona estuvo habitada por aproximadamente unos 10.000 años antes de la llegada de los españoles). Sin embargo, personalmente, siendo fruto del mestizaje racial y cultural, típico de estas tierras, me siento cómodo con ambos términos.
Hay otra postura que intenta recordar esta fecha como el inicio del fin del «Imperio de Atahualpa», perpetrado por una cultura invasora y sangrienta, pero sinceramente esa tesis me suena un poco ajena a lo que sucedió ese día de Agosto de 1527. Además sabemos que el Inca jamás fue soberano en estas tierras peninsulares. Cualquier posible lealtad milenaria es extraña a nuestro espíritu libre.
Como una especie de homenaje he realizado un pequeño trabajo de investigación, intentando encontrar un poco más de información respecto a lo ocurrido en esta fecha histórica tan importante para nosotros los peninsulares, con el fin de ser lo más objetivo posible.
Lamentablemente es muy escaso lo que he podido encontrar. Casi todas las fuentes repiten textualmente lo mismo, y otras por el contrario, intentando exaltar la dignidad territorial, en realidad opacan la grandeza única de este rincón catalogado por historiadores (debido a su antigüedad) como la cuna de la nación ecuatoriana.
.
Por lo tanto, me vi en la necesidad de incluir ciertos datos geográficos/culturales (además de un poco de historia), para de esa manera enriquecer un poco más el conocimiento de esta tierra amada.
***
El 18 de agosto de 1527, el navegante español Francisco Pizarro, descendiendo al Sur desde lo que hoy conocemos como Esmeraldas llegó a una bahía con una saliente pronunciada, la actual Punta de Santa Elena.
Muchos historiadores catalogan el hecho como un encuentro cultural entre los expedicionarios españoles y los aborígenes.
Pizarro desembarcó en las playas actualmente conocidas como «Ballenita», cuyo nombre deriva de la presencia de las ballenas jorobadas, las cuales realizan su ritual de apareamiento durante los meses de Junio, Julio, Agosto, y Septiembre inclusive; las cuales son observadas aún en la actualidad en las costas del Océano Pacífico.
En cuanto a la Punta, se dice que recibe su nombre debido a que el día de la llegada, el 18 de Agosto, se celebraba a la madre del Emperador Constantino El Grande, la emperatriz Santa Elena, según el santoral de la Iglesia Católica Romana.
Desde esta fecha fue conocida como Punta de Santa Elena.
Antes fue conocida por los aborígenes como Sumpa, adjetivo que (según algunos entendidos en estos temas) en lengua «Chimú» significa Punta.
Pero fue el sabio geólogo, botánico y explorador alemán Teodoro Wolf quien, luego de explorarla y estudiarla, la denomina en la ultima década del siglo XIX como Gran Península del Morro y de Santa Elena, en su obra Geografía y Geología del Ecuador publicada el año 1892:
…tomando por límite oriental de nuestra región (en estudio) el río Guayas y su prolongación por el Canal de Jambelí, encontramos primero un país muy singular, cuyo principal carácter es la falta absoluta de agua dulce (fuera de los aguaceros de invierno) Si tiramos una línea recta de Guayaquil a la boca del río de Colonche, tenemos separada esta región del resto de la República, pues por todos lados está rodeada de agua salada, formando la gran península del Morro y de Santa Elena, que con relación a aquel carácter se podría llamar un apéndice anormal del Ecuador. Al sur de la línea indicada no nace ningún riachuelo de agua dulce (*Un pequeño trecho del río Chongón cae al Sur de la línea), y debo advertir que los esteritos que figuran en el mapa, todos son de agua salada y se llenan con la marea del mar o del Estero Salado. Lo mismo vale de la Isla Puná, que forma parte integrante de esta región. Para abastecer a los habitantes y animales, sirve el agua de las cisternas, que también es bastante salobre, pero no perjudicial, al contrario, una vez acostumbrado a su uso, se lo prefiere al agua completamente dulce, que entonces parece insípida.
En otra sección del libro mencionado añade en relación a su relieve costero lo siguiente:
…las puntas de Mambra, Ancón y Carnero son muy poco notables para variar el aspecto general y la dirección. Todo este lado del Golfo (de Guayaquil) no presenta un fondeadero bueno y seguro, está azotado continuamente por los vientos y las olas del Sur, y se hace peligroso por los muchos arrecifes y bajos que se extienden a su largo en zona ancha y son conocidos y temidos con el nombre de Bajos de Chanduy. Antiguamente se llamaba todo este trecho la «Costa mala».
La Puntilla de Santa Elena que tiene la importancia y merece el nombre de Cabo, es el punto más saliente de la costa ecuatoriana, como he dicho en otro lugar, en que también indiqué su Longitud y Latitud. Una lengua de tierra baja se extiende desde la villa de Santa Elena por 3 leguas hacia el Oeste, estrechándose cerca de las Salinas y de la estación telegráfica, hasta el ancho de solo 2.000 metros. Después de la llanura de Salinas, que se halla casi al nivel del mar, se levanta la tierra suavemente y en la punta misma de la lengua se alza repentinamente un cerro escarpado a la altura de 129 metros. Se compone de capas horizontales de arenisca arcillosa y su plataforma ancha sirve de base a un faro, que domina un horizonte vastísimo.
De la Puntilla la costa retrocede de repente al SEE con un arco suave, formando la Bahía de Santa Elena, en cuyo fondo se halla el Puerto de Ballenita, media legua distante de Santa Elena. El puerto, abierto a los nortes, presenta poca comodidad al embarque y desembarque, aunque no es peligroso para los buques que fondean muy afuera.
La Bahía de Santa Elena se cierra con la Punta Centinela, y de ahí la costa sigue un rumbo general de S-N hasta el cabo de San Lorenzo.
Sin embargo la línea es bastante irregular y forma como dos senos grandes al Sur y al Norte de la Punta de Salango. Ya antes de esta última encontramos tres Puntas menores: la de Ayangue con un islote, El Pelado, a tres millas de distancia al NO, la Punta de Montañita, un poco al Norte del pueblo de Manglar Alto, y la Punta de Ayampe con dos islitas inmediatas, que se llaman Los Ahorcados.
***
Dentro de la Gran Península del Morro y de Santa Elena se encuentran cuatro cantones: Santa Elena, Salinas, La Libertad (estos tres conforman la actual provincia de Santa Elena, luego de su independencia de la provincia de Guayas), y General Villamil, también conocido simplemente como «Playas» (este último permaneciendo en la provincia de Guayas). La zona históricamente conocida como «El Morro» actualmente es una parroquia rural perteneciente al cantón Guayaquil en la provincia de Guayas.
Existen (a pesar de la actual división político-administrativa del territorio) un conjunto de tradiciones y riquezas culturales/históricas que se encuentran innegablemente entrelazadas entre estos cuatro cantones, y que han llegado al resto del territorio ecuatoriano, las cuales considero como imborrables e inalienables.
Nombres de árboles, pueblos, ciudades, apellidos tales como: Guasango, Guachapelí, Guale, Guangala, Guayacán, *Guancavilca contienen raíces propias de esta región. Algunos se aventuran a aseverar que el lenguaje nativo también influyó en las palabras Guayas y Guayaquile (antiguo cacique que dio nombre al asentamiento actualmente conocido como Ciudad de Guayaquil).
*Según historiadores autóctonos, el uso de «G» en estas palabras es una costumbre claramente propia del idioma nativo de nuestra región (ya desaparecido), al contrario del uso de la «H» que se asentó en la serranía con la invasión inca, lo cual se conoce como «cusqueñismo» (de Cusco, Perú; cuna del imperio Inca).
Sin más que agregar por el momento, culmino este post deseando:
¡Felices Fiestas Amada Península!
Tierra de fértil norte y árido sur, de vastos mares multicolores y horizontes inescrutables, de seres inclaudicables, aguerridos e infatigables
.
SOLI DEO GLORIA