Hace unas semanas estuve leyendo un libro muy bueno que llegó a mis manos y espero pueda seguir llegando a muchas otras personas.
El libro se llama Note To Self (está en inglés, fuera muy bueno si algún día lo llegan a traducir al español), fue escrito por Joe Thorn un perfecto desconocido para muchos.
Fue un regalo de esos que, como pocos, atinan en el blanco. Me encuentro muy agradecido por ello. He podido recordar ciertas cosas que usualmente en el diario vivir solemos olvidar, y al hacerlo perdemos el enfoque en la riqueza y practicidad del Evangelio. Es necesario nunca olvidar, y por ello el libro cumple su función: recordarnos que el arte de predicarnos a nosotros mismos debe permanecer presente en nuestra vida y en cada área en la que nos desenvolvamos.
Por esta razón he decidido compartir un pequeño fragmento del mismo:
«Guardar tu corazón es un asunto primario para el cristiano y no puede ser hecho con interés pasajero o con cantidades mínimas de energía. Requiere del uso consistente de todos los medios de gracia. Debes sacar el máximo provecho de la adoración, Las Escrituras, la oración y la iglesia reunida en todas sus formas, con el objetivo de guardar tu corazón y crecer en gracia.
Si estás haciendo algo menor a esto, estás guardando las apariencias pero no guardando tu corazón. Y sabes que lo que le interesa principalmente a Dios es el corazón (Salmo 51:16-17); corazones quebrantados por el pecado, sanados por la gracia perdonadora de Dios y consecuentemente llenos de amor por nuestro Dios Redentor».
Joe Thorn – Note To Self, 2011
Soli Deo Gloria
Desde La Frontera 